El Instituto Hondureño de Cultura Hispánica (IHCH) inauguró la exposición de pinturas “Alegoría a la Maternidad”, como una forma de honrar a las madres hondureñas en el mes de mayo, con la colaboración de 18 artistas hondureños y la Academia TÉCHNE Valle Zelaya.


A la inauguración asistieron todos los artistas invitados, quienes, acompañados de sus familiares, se tomaban fotos junto con sus obras; sin embargo, ellos no eran los únicos presentes, ya que hondureños interesados en el arte asistieron para adquirir algunas de las obras expuestas y así apoyar el talento hecho en casa.


El recorrido consiste en 20 pinturas, todas en relación a la maternidad vista desde diferentes “ojos y corazones”, debido a la presencia de 18 artistas, tanto nacionales como locales, quienes fueron invitados por el centro cultural para formar parte de esta actividad de gran valor artístico.
Para los interesados en visitar la exposición, el IHCH se encuentra ubicado en la Colonia Lomas del Guijarro, frente a la embajada de México; los horarios de visita son de martes a sábado, de 10 am a 5 pm. La entrada es totalmente gratuita para el público; así mismo, la exhibición estará en el centro por un poco más del mes.

Entre trazos, luces y símbolos, los artistas participantes en la exposición “Alegoría a la Maternidad” compartieron no solo sus obras, sino también el trasfondo emocional y filosófico que las inspira.
Fernando Ordóñez, artista y muralista originario de Tocoa, Colón, presentó una pieza cargada de simbolismo existencial.
“Para mí, nuestras madres son la luz en las etapas oscuras de nuestra vida. Esa llama que cambia con el tiempo, pero nunca se apaga. Aún en la distancia, ellas siempre nos sostienen.”

Sobre ser artista en Honduras, Ordóñez no duda en describirlo como un acto de valentía:
“Es una quijotada. Uno se arriesga al expresar lo que muchos callan, a veces incluso de forma simbólica para poder decir: ‘esto está pasando, despierta’.”
Con admiración y respeto, definió a la madre hondureña como:
“Lucha, refugio y paz. Una mujer que no se rinde, que trabaja incansablemente para que a sus hijos no les falte nada”.
Henry Giovanni Godoy, docente y egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, reafirma la importancia de estos espacios:
“El Centro de Cultura Hispánica siempre ha sido una plataforma vital para los artistas emergentes. Nos impulsa, nos da visibilidad y nos permite crecer”.
Actualmente, expone en colecciones privadas y en espacios como el Banco Central de Honduras, además de formar a nuevas generaciones desde su cátedra:
“Como artista y docente, mi objetivo es demostrar que sí se puede hacer arte en Honduras, y sembrar en los jóvenes una cultura artística sólida y comprometida”.


David Jesús Fortín Matute, por su parte, se sumó al proyecto con una obra inspirada en El Beso de Gustav Klimt, transformada en un tributo a la maternidad hondureña:
“La llamé El Jardín de las Flores, porque el amor de una madre es como ese jardín que florece una y otra vez, a pesar del tiempo, del dolor o las estaciones”.
Fortín desarrolla además un reto artístico llamado 52 dibujos, donde cada semana explora temas humanos desde lo visual.
“Ser artista en Honduras es desafiante, pero gracias a plataformas como Instagram uno puede abrirse camino. La respuesta ha sido tan positiva que me ha sorprendido”.
Sobre la figura materna en nuestro contexto social, expresó:
“Una madre hondureña es resiliente, constante. Es esa mujer que muere por los suyos, pero también florece con ellos”.
Juan Pablo Delgado, artista y maestro de arte, trajo a la muestra una obra que muchos interpretaron como una representación de la Virgen María. Sin embargo, él la tituló La madre educadora:
“Es una madre enseñando a su hijo, guiándolo. Me gusta que otros vean a la Virgen, porque el arte es eso: cada quien lo interpreta desde su mirada”.
Delgado también compartió su sello distintivo:
“Las burbujas son los sueños, las ideas, lo delicado. Pueden explotar, pero también pueden elevarnos”.
Al hablar de su madre, no dudó en describirla como su mayor inspiración:
“Mi madre fue una luchadora incansable. Nunca se quejó frente a mí. Esa es para mí la verdadera madre hondureña: fuerte, valiente y silenciosamente amorosa”.


Orlando Roque presentó una pieza con fuerte carga emocional y simbólica, en la que exalta la conexión madre-hijo como fuerza transformadora en tiempos de caos:
“Para mí, toda mujer es un símbolo, y más aún la maternidad. Esa conexión emocional entre madre e hijo es una guía en medio de tanto conflicto”.
Su visión de la madre hondureña es clara:
“Es protectora, afectiva, impulsiva. Una mujer que, a pesar de todo, permanece como refugio firme”.
Roque también reflexionó sobre el contexto cultural del país:
“En Honduras, el arte sigue estando rezagado. No necesitamos que nos financien, necesitamos espacios, museos, políticas públicas. “El artista tiene voz, pero necesita escenario”.

La exposición “Alegoría a la Maternidad” no solo reúne talento, técnica
y sensibilidad artística; también abre un espacio para reconocer el papel vital
de la madre hondureña como símbolo de fuerza, amor, resistencia y ternura en
medio de los desafíos cotidianos.
Una invitación a contemplar, a
sentir y, sobre todo, a agradecer.