Los Oklahoma Thunder hicieron
historia al conquistar su primer campeonato de la NBA, venciendo 104-96 a los
Indiana Pacers en un emocionante Juego 7. El triunfo marca el primer título
para la franquicia desde su mudanza a Oklahoma hace 17 años, consolidándose
como el equipo campeón más joven en casi cinco décadas.
El gran protagonista fue Shai
Gilgeous-Alexander, quien firmó una temporada histórica al convertirse en el
primer jugador en 25 años que logra el MVP de la temporada regular, el MVP de
las Finales y el título de máximo anotador en la misma campaña. El canadiense
terminó el partido con 29 puntos y 12 asistencias, liderando a un Thunder que
se repuso tras un arranque complicado.
El partido tomó un giro inesperado
temprano cuando Tyrese Haliburton, la estrella de Indiana, sufrió una grave
lesión en el tendón de Aquiles tras solo siete minutos de juego, dejando a los
Pacers sin su principal generador de juego y liderazgo ofensivo. A pesar de la
adversidad, Indiana luchó con valentía, liderado por Andrew Nembhard, Bennedict
Mathurin y Pascal Siakam, quienes mantuvieron el partido cerrado durante la
primera mitad.
Tras el descanso, Oklahoma recuperó
su mejor versión, con triples consecutivos de Gilgeous-Alexander, Holmgren y
Jalen Williams que rompieron el ritmo de Indiana. Aunque los Pacers intentaron
una remontada heroica en el último cuarto, recortando una desventaja de 22
puntos a solo 9, la defensa del Thunder resistió la presión para sellar su
histórico campeonato.
Con este título, Oklahoma inicia una
nueva era y se perfila como potencial dinastía en la NBA, mientras que
Gilgeous-Alexander y Jalen Williams se convirtieron en la segunda dupla más
anotadora en la historia de unas Finales, solo detrás de LeBron James y Kyrie
Irving en 2016.