Una final para
el recuerdo
Desde el pitazo inicial, el PSG
impuso un dominio abrumador. El equipo de Luis Enrique no dio respiro a los
italianos, que nunca lograron entrar en competencia. Al ritmo de “olés” y con
una superioridad abrumadora, el club parisino firmó la mayor goleada en la
historia de una final de Champions League.
Doue, figura de
una noche mágica
El joven francés Bradley Barcola
Doue, de apenas 19 años, fue la gran figura del encuentro: anotó dos goles,
repartió una asistencia y fue elegido MVP de la final. Su inteligencia táctica,
frialdad frente al arco y desequilibrio por banda hicieron estragos en la
defensa del Inter, especialmente por el costado de Federico Dimarco,
quien fue superado una y otra vez.
El primer gol llegó tras una
combinación letal entre Vitinha y Hakimi, que culminó con un tanto del
marroquí. Luego, un contraataque vertiginoso acabó con el segundo gol, con
colaboración involuntaria de Dimarco.
Gol tras gol,
hasta el éxtasis
En el complemento, el PSG no bajó la
intensidad. Un tercer tanto, también de Doue, llegó tras una brillante jugada
colectiva: tacón de Dembélé, pase de Vitinha y definición precisa del extremo.
El cuarto fue obra de ‘Kvara’ Kvaratskhelia, en otra demostración de calidad
del georgiano, mientras que el quinto lo anotó Mayulu, desatando la euforia
final.
Luis Enrique,
arquitecto del nuevo rey
El técnico asturiano diseñó un
equipo casi perfecto. Su PSG, sin las mega estrellas de antaño como Messi,
Neymar o Mbappé, se impuso con orden, creatividad y hambre competitiva. En su
primera temporada, logró lo que muchos creían imposible: convertir al PSG en el
nuevo rey de Europa.
Con esta gesta, el París
Saint-Germain entra en el Olimpo del fútbol europeo. Una noche inolvidable. Una
Champions histórica. Un nuevo campeón ha nacido.