Detrás de este apodo lleno de orgullo
nacional hay una historia de valentía. El término catracho nace del General hondureño Florencio Xatruch, hijo de un inmigrante catalán.
Durante las batallas en defensa de Centroamérica contra la invasión de
filibusteros norteamericanos en el siglo XIX, Xatruch lideró a los Ejércitos
Aliados de Centroamérica con coraje y determinación.
En honor a su
liderazgo, los soldados comenzaron a ser llamados “xatruches”. Con el tiempo,
la palabra fue transformándose en el habla popular, pasando de xatruches a catruches, hasta convertirse finalmente en el
nombre que hoy identifica con orgullo a todos los hondureños: catrachos y catrachas para las mujeres.
Más que un
apodo, ser catracho es llevar en el corazón una herencia de
valentía, historia y amor por la patria.