Con actos solemnes y patrióticos Honduras rinde homenaje al General Francisco Morazán

A 183 años de su fusilamiento en Costa Rica, el legado del general Francisco Morazán Quezada sigue vivo como símbolo de unidad, justicia y libertad para los pueblos de Centroamérica.

Con actos solemnes y patrióticos, Honduras rindió homenaje al prócer que entregó su vida en defensa de la educación, los derechos del pueblo y la integración centroamericana.

En el Parque Central de Tegucigalpa, frente al monumento erigido en su honor, los cadetes de la Academia Militar de Honduras “General Francisco Morazán” instalaron la Guardia de Honor, un gesto cargado de simbolismo y respeto hacia uno de los más grandes héroes de la región.

“Francisco Morazán no solo murió por la patria, vivió por ella, y su ejemplo sigue guiando nuestras aspiraciones de justicia, soberanía y unión centroamericana”, señalaron autoridades presentes durante la ceremonia.

De manera simultánea, en la ciudad de Siguatepeque, Comayagua, se realizó una ofrenda floral en el Bulevar Morazán, reafirmando el compromiso con los valores que defendió el general: la libertad de los pueblos, la igualdad ante la ley y la integración regional como proyecto de justicia social.

Un legado que trasciende generaciones

Francisco Morazán fue más que un líder militar: fue un visionario que entendió la educación y la democracia como pilares para construir una sociedad libre y equitativa. Su sacrificio, lejos de quedar en el pasado, continúa inspirando a nuevas generaciones en Honduras y en todo el istmo centroamericano.

A casi dos siglos de su muerte, el pueblo hondureño lo honra no solo con ceremonias, sino con la convicción de que sus ideales siguen vigentes en cada rincón del país.

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