Definitivamente, el evento del siglo; Lionel Messi en Olímpico de SPS

Un hecho histórico para el deporte en el país: Lionel Messi visitó Honduras y jugó frente al Olimpia.

El equipo de Crónicahn tenía que formar parte de tan semejante evento, por lo que tomamos aventón en un carro turismo, sin que faltara el respectivo desayuno catracho, y a las 12 del mediodía se partió hacia el Estadio Olímpico de San Pedro Sula.

Aproximadamente a las cuatro de la tarde, ya se veía una fila interminable a las afueras del recinto. En mi vida, nunca había visto tanta gente: familias enteras, cada una con diferentes camisetas puestas, pero todos portaban en común el apellido Messi y el número “10” a sus espaldas.

A las cinco de la tarde se logró ingresar a la localidad de “Sol Sur”, allí se conoció a un paisano centroamericano, quien venía de El Salvador, aunque se esperaba la presencia de extranjeros en el día del partido, lo peculiar de este aficionado fue su indumentaria, pues mencionó que sus dos grandes amores eran la selección nacional de El Salvador y Lionel Messi.

El salvadoreño llegó a las graderías del Olímpico con el corazón dividido, una mitad con la camisa del Inter Miami y la otra mitad de la selección nacional.

“No pude ir cuando él fue a jugar a El Salvador; me sentí de lo peor y creí que había perdido mi oportunidad de poder verlo en vivo”, inició a relatar a los reporteros de Crónica.

“Al darme cuenta que venía a Honduras, no la pensé dos veces y me vine. Gracias a amistades que tengo aquí, pude conseguir mi boleto y estoy a minutos de poder verlo…”.

Marlon, nombre del Guanaco, lucía una curiosa camisa que entre risas confesó que debía representar sus dos amores, pero “que no se dude que el máximo amor sigue siendo Messi”, culminó entre carcajadas.

Una vez dentro del estadio, hay que recalcar, la máxima seguridad y los tres anillos que la Policía Nacional de Honduras utilizó para registrar de pies a cabeza a cada aficionado, de esta forma, procuraban que el espectáculo se llevara a cabo en tranquilidad, un partido único en la vida.

Ya sentados en la graderías de Sol Sur, empezamos a escuchar al unísono de todo el recinto, quienes gritaban en forma de “alabanza” “Messi, Messi,Messi…”, sin duda, fue algo que le pondría la piel de gallina a cualquiera. 

Ver las caras de los niños, que, a pesar de la poca visibilidad, sabían que mirarían a su ídolo dar un pase de su mágica zurda, lo valía todo. “Mi hijo tenía tareas, pero le dije que podía hacerlas hasta mañana, que solo por hoy le perdonaba sus deberes”, mencionó un padre emocionado con su hijo.

El público, entre bailes, cantos y porras, vivió en armonía la espera del partido, unos minutos bellos de unión de todos los aficionados.

A las 6:30 de la noche, media hora antes del inicio del encuentro, se escuchaban unos gritos tan fuertes, que nunca antes había escuchado, tanto que incluso me talaban los oídos.

Por el megáfono se escuchó que se preparaba para calentar, el considerado por muchos mejor jugador de la historia, y al momento justo de pisar el césped del Olímpico, el grito de su apellido y el chillar de las pitoretas estremeció todo el lugar, hasta el momento de reingreso a los vestidores.

Eran las 7 de la noche cuando empezaba a caer la lluvia sobre la capital industrial. Ambos equipos se daban la mano para dar inicio a lo más esperado por el público.

El Inter Miami, dirigido por Javier Mascherano, llegaba con todas sus estrellas a excepción de Jordi Alba, quien, debido a una lesión, no estaba presente.

El árbitro dio el pitido inicial y arrancó el partido. Era de no creer, inimaginable pensar que, a tan solo una pequeña distancia, los hondureños presenciaron de primera mano el juego de Lionel Andrés Messi, por primera y quizás última vez en Honduras.

Ni la lluvia detuvo el sentimiento y el abrazo de muchos al momento en que el astro argentino marcó el primer gol del partido, a pase del uruguayo Luis Suárez.

No había visto tanta alegría; lágrimas salían de varias personas, el saber que por fin y tal vez por única vez, el mejor jugador del mundo estaría en el país.

El primer tiempo terminó con el equipo de la Florida goleando 3-0 a su rival, que verdaderamente sorprendió cómo salió ante un equipo que se sabe no perdona en las áreas.

Luego de 47 minutos de ver sus pases, regates, asistencias y uno que otro reclamo a sus compañeros, la sustitución de Lionel Messi llegó, y despidiéndose de todo el estadio, mostraba gestos en agradecimiento al público, así como lo hicieron sus compañeros, Suárez y Sergio Busquets.

El partido siguió y el equipo de Miami terminó 5-0. Mucha gente abandonó el partido al medio tiempo. Creo que ya habían visto lo que querían ver.

 

La pregunta es: ¿valió la pena verlo tan poco tiempo? De todo corazón y en nombre de Crónicahn, solo le queda decirles que, definitivamente, fue el evento del siglo.

David Galo

Editor de deportes

cronicahn.digital@gmail.com